Antes de comenzar a leer este artículo, te invito a que agarres un papel y una lapicera y reflexiones sobre alguna decisión que pueda tener un gran impacto en tu negocio (y por consiguiente en tu vida) y llevas tiempo masticándola pero aún no avanzaste.
En el mundo PyME (y en la vida), hay decisiones que no tomamos o para las cuales tardamos muchísimo en accionar. ¿Cuál es el problema? Terminan teniendo un costo muy alto y no solo económico, sino también emocional (porque aunque querramos hacernos los distraídos, están siempre latentes).
Porque no decidir, también es decidir.
🧮 El costo de oportunidad: lo que no vemos… pero duele.
Una decisión postergada no solo mantiene el problema actual: impide acceder al beneficio futuro. A eso se le llama costo de oportunidad, y muchas veces es invisible hasta que ya es tarde.
🧠 ¿Por qué nos cuesta tanto decidir?
Porque aquellas decisiones que sabemos que tienen un alto impacto, implican elegir un camino y, por consiguiente, descartar otros.
Además implican adentrarnos en escenarios de incertidumbre y el miedo a equivocarnos.
Pero también porque muchas veces, como empresarios PyME, nos encontramos solos frente a decisiones complejas y sin el tiempo ni las herramientas para analizarlas con claridad.
🛑 Cuáles son algunos de los mecanismos que utilizamos para no afrontar dichas decisiones.
📌 La Procastinación: procrastinar no es solo “patear para mañana lo que podrías hacer hoy”. En el plano empresarial, es dejar para más adelante decisiones clave. Y el problema es que ese “más adelante” muchas veces nunca llega.
El día a día consume la agenda y nos auto-engañamos pensando entre lo urgente y lo importante.
🤯 La parálisis por análisis: decidir no decidir: otro fenómeno común es la parálisis por análisis. En lugar de procrastinar, se genera una especie de bloqueo por exceso de análisis, de escenarios, de comparaciones
⏳ El mito de “esperar el momento adecuado” o que “todo esté perfecto”: esperar “el momento justo” es una estrategia válida. Pero en la práctica, ese momento perfecto rara vez llega. Y mientras tanto, el negocio pierde oportunidades valiosas.
🚦 ¿Y si me equivoco?
El temor a equivocarnos genera que no accionemos, que prefiramos quedarnos en el espacio que conocemos a adentrarnos en lo incierto: “mejor malo conocido que bueno por conocer”.
El no afrontar una decisión difícil, es postergarla, nos genera la falsa sensación que estamos asegurándonos el no fracasar. El miedo, distorsiona toda nuestra forma de accionar hacia el futuro.
Pero el fracaso, es uno de nuestros aliados más importantes:
- En primer lugar, porque implica que hemos traspasado nuestras barreras mentales, hemos salido de nuestra zona de confort y avanzmos hacia lo desconocido.
- Por otra parte, porque aprendemos más de aquello en lo que fracasamos que de lo que tenemos éxito.
- Y, finalmente, porque nos permite ejercitar nuestra capacidad de resiliencia.
Hay muchísimas frases relacionadas con el fracaso y el aprendizaje, me gustaría compartirte dos:
💥 Aquellos que no cometen equivocaciones están cometiendo la mayor de todas: no intentar nada nuevo. (Anthony de Mello)
💥 Una persona que nunca cometió un error, nunca intentó nada nuevo. (Albert Einstein)
💬 En conclusión, cuando sientas que estás postergando una decisión realmente importante, te invito a realizarte las siguientes preguntas:
- Qué tengo miedo a perder.
- Qué es lo que tengo miedo a soltar.
- Qué es lo peor que podría suceder y de qué manera podría mitigar ese peor escenario.
- Finalmente: ¿Cuál es el costo de no accionar y quedarme como estoy ahora?
Socio y CFO de EMA Group Consultores.
Lic. en Administración y Coach Ontológico
Emprendedor.