No podemos negar que, durante muchos años, ciertos sectores de la economía argentina se desarrollaron bajo un esquema de fuerte protección arancelaria o restricciones a la importación.
Podríamos decie que esto generó una cierta “zona de confort relativa” para muchas PyMEs, que pudieron operar con escasa competencia internacional.
Según un informe de la CEPAL, Argentina ha sido uno de los países con mayor nivel de protección arancelaria en América Latina durante décadas (aunque no lidera el ranking).
Sin embargo, en los últimos años, el nivel de apertura comercial ha crecido y hoy esa realidad se modificó. Y para algunos sectores, el cambió sucedió muy rápido.
Dada las nuevas políticas fomentadas por el Gobierno actual respecto del Comercio Exterior y con una economía más abierta y reglas más flexibles para importar, muchas empresas se encuentran compitiendo con productos del exterior que llegan con menores costos, mayor escala y mejor tecnología.
En ese nuevo escenario, la pregunta es: ¿está tu empresa preparada para competir sin protección?
Repasemos algunos datos:
En abril de este año, el Observatorio PyME junto con la colaboración de la Unión Industrial Argentina, presentaron un Informe en el cual se detallan los siguiente hallazgos:
- El 40% de las PyME manufactureras se percibe bajo amenaza importadora.
- El 23% perdió participación en el mercado interno debido a las importaciones.
- Dicha pérdida alcanza el 56% entre las PyME que perciben a las importaciones como una amenaza.
- China y Brasil son los principales países desde donde se perciben las amenazas, pero también preocupa la entrada de productos desde otros países limítrofes.
- La mayor difusión de PyME bajo amenaza importadora se ve en la industria textil, de prendas de vestir, productos de cuero y calzado y en la metalmecánica.
- El 2024 fue el año con la segunda mayor caída de la producción luego de la pandemia y también el segundo de mayor caída del empleo, sólo superado por la caída del año 2009 en el marco de la crisis internacional (observando la serie disponible que data de 2017 para producción y de 2005 para empleo).
Por otra parte, y según los datos brindados por el Ministerio de Relaciones Exteriores, Comercio Internacional y Culto, en su Informe del 19 de Junio, se destacan los siguiente hechos:
- En los primeros cinco meses de 2025, las exportaciones totalizaron US$ 32.467 millones, lo que representa un incremento interanual de 2,6%, como resultado de un aumento en las cantidades exportadas (3,4%) que más que compensó la merma en los precios (‑0,8%).
- Las importaciones sumaron US$ 30.584 millones y crecieron interanualmente 34,3%, producto del incremento de 43,6% en las cantidades importadas, mientras que los precios cayeron 6,4%. Ello se debe, principalmente, a mayores cantidades de vehículos automotores de pasajeros, bienes de capital, bienes de consumo y piezas y accesorios de bienes de capital.
- En consecuencia, el saldo comercial alcanzó un superávit de US$ 1.883 millones, cuando en el acumulado enero-mayo de 2024 se había registrado un saldo positivo de US$ 8.862 millones.

Un cambio de Paradigma.
No tiene sentido (al menos en este artículo) debatir si la apertura comercial es buena o mala para un país. Pero si es necesario comprender que las reglas de juego han cambiado. Y de manera radical
En este nuevo paradigma, ya no alcanza con tener un producto nacional: hay que tener uno que compita por calidad, precio y experiencia de usuario.
¿Cómo adaptarnos a estas nuevas reglas?
La clave está en tres grandes factores:
- Eficiencia operativa.
- Inversión en Tecnología
- Foco en el cliente.
Aquellas empresas que durante los años protegidos invirtieron en mejorar procesos, capacitar equipos y entender al consumidor, hoy están mejor paradas. Las que no lo hicieron, enfrentan el riesgo de perder mercado rápidamente.
Adaptarse no es fácil, pero es posible.
Es momento de revisar toda la estructura de costos, actualizar tecnologías, repensar procesos y, sobre todo, dejar de mirar solo hacia adentro. La competencia ahora viene de todos lados, y no distingue tamaño de empresa.
Las PyMEs que invirtiertan en eficiencia energética, digitalización y eficiencia estarán mejor preparadas para este nuevo contexto.
También es clave comprender que la productividad y la eficiencia operativa no son solo conceptos teóricos: se traducen en márgenes más sólidos, clientes más satisfechos y negocios más sostenibles.
La transformación digital y la mejora continua son caminos que ya no pueden postergarse.
En EMA Group ayudamos a nuestros clientes a detectar sus principales debilidades y convertirlas en planes de acción concretos para no quedar fuera de juego. Diagnóstico, análisis, implementación y seguimiento: un proceso que empieza con una pregunta clave: ¿Estás preparado para competir?
5 claves para competir en un mercado sin protección 🌍
- 🔄 Digitalizá procesos: Automatizar tareas mejora la eficiencia y reduce errores.
- 🌎 Estudiá a tus competidores globales: Analizá precios, calidad y propuesta de valor.
- ⚖️ Revisá tus costos: Detectá ineficiencias que hoy te restan competitividad.
- 🧠 Invertí en valor diferencial: Servicio, experiencia de cliente, velocidad de entrega, etc.
- 🔍 Medí tu productividad: Sin datos, no hay mejora posible.
Socio y CFO de EMA Group Consultores.
Lic. en Administración y Coach Ontológico
Emprendedor.